LA MAGIA DEL CUENTO NOS
ENCANTA Y NOS CUENTA LO MARAVILLOSO DE LA LITERATURA
ÁREA DE LENGUA CASTELLANA
GRADO TERCERO
TEMÁTICA A TRABAJAR: La literatura - El cuento
Institución Educativa San Miguel - sede Santa Marta
Municipio: La Plata - Huila
Docente: Mariluz Beltrán Losada
Cordial saludo para todos los niños y niñas del grado tercero, para sus padres de familia, compañeros docentes. Les saluda su profesora de Lengua castellana MARILUZ BELTRÁN LOSADA de la Institución Educativa San Miguel y estudiante de la Especialización en aplicación de Tic para la enseñanza de la
Universidad de Santander. bienvenidos al Blog de los profes de Castellano, con un tema
muy importante para todos ustedes: Literatura El cuento.
VIDEO PRESENTACIÓN DEL BLOG DE LOS PROFES DE CASTELLANO
La literatura es una de las Bellas Artes y una de las más antiguas formas de expresión artística, caracterizada, según el Diccionario de la Real Academia Española, por la “expresión verbal”. Es decir que alcanza sus fines estéticos mediante la palabra, tanto oral como mayormente escrita.
ificar qué cosa es y qué cosa no es literatura, ya que éste se trata de un concepto construido históricamente (es decir, que se escribió literatura antes de que la idea de literatura existiera). Así, fue revisado y redefinido numerosas veces a lo largo del tiempo, y existen múltiples posibles definiciones.
Uno de los rasgos singulares de la literatura es su uso del lenguaje, que a menudo se denomina la “lengua literaria”, y que se diferencia del uso ordinario o cotidiano. Su uso particular del lenguaje persigue la belleza y la reflexión sobre sí mismo, no sólo mediante el empleo de tropos y figuras retóricas, sino también de un sentido particular del ritmo y el sentido.
A esto, además, deben sumarse los permisos que da la ficción: situaciones, imágenes y relatos provenientes de la imaginación o de la realidad misma, pero filtrados a través de la subjetividad.
La literatura es un campo de estudio en sí misma: sirve de objeto de estudio a la teoría literaria y a la crítica literaria, así como a la filología e historia de la literatura. Por otro lado, puede hablarse también de literatura en un sentido no vinculado con el arte, sino referido a un conjunto organizado de saberes y textos en torno a un tema: “literatura médica” o “literatura técnica”, por ejemplo.
La literatura, en general, se caracteriza por lo siguiente:
Consiste en el uso del lenguaje verbal con fines estéticos, es decir, alejándolo del uso cotidiano comunicativo, y concentrándose más bien en sus formas.
Acude a herramientas retóricas (figuras o tropos), al ritmo y a la imaginación o la fantasía para componer piezas de distinta naturaleza.
Las distintas manifestaciones literarias existentes se clasifican en géneros literarios. Los tres géneros antiguos eran la épica, la tragedia y la lírica; mientras que los géneros modernos son la narrativa, la dramaturgia, la poesía y el ensayo.
Aquello que en una época se entiende por literatura puede cambiar en la siguiente, incorporando o perdiendo textos a lo que se considera canónico. Esta es la razón por la cual muchos textos escritos originalmente como textos científicos o religiosos, se tienen hoy por literatura.
Hoy en día se la divulga y reconoce más que nunca antes en la historia, gracias al surgimiento de un aparato literario-editorial masivo, y a los elevados márgenes de alfabetización del mundo contemporáneo.
Historia de la literatura
La palabra literatura proviene del latín littera, término para “letra”, común en vocablos como litterator, que correspondía al maestro de las escuelas, encargado de la alfabetización. Sin embargo, la noción de literatura en la antigüedad se conocía como poesía u oratoria, dado que los inicios mismos de la literatura son, paradójicamente, previos a la invención de la escritura.
Por otro lado, los primeros textos escritos no fueron precisamente literarios. Es difícil precisar cuándo y dónde surgieron las primeras formas de literatura de la historia. Sin embargo, se sabe que la primera tradición formal fue la épica, que cumplía con roles fundacionales y contenía no sólo gestas militares, sino también las visiones cosmológicas y religiosas de sus pueblos.
En ese sentido, son importantes ejemplos la Epopeya de Gilgamesh (2500-2000 a. C.), uno de los textos más antiguos conocidos, compuesto en tabletas de arcilla en la antigua Sumeria; o el Libro de los muertos egipcio, empleado en ritos fúnebres del Imperio nuevo (1540 a. C.) hasta más o menos el año 60 a. C.
Sin embargo, la tradición literaria occidental tiene su inicio formal en la Grecia Clásica, con la trascripción de los textos épicos atribuidos a Homero (c. siglo VIII a. C.): la Ilíada y la Odisea, enmarcados en los eventos de la Guerra de Troya. Estos textos fueron probablemente recitados oralmente, por lo que se componían en verso. Por otro lado, inspiraron a creadores posteriores de la misma tradición cultural a componer las grandes tragedias griegas: los grandes dramaturgos Esquilo (c. 525-c.456 a. C.), Sófocles (496-406 a. C.) y Eurípides (c. 480-406 a. C.).
A la misma tradición pertenecen comediantes como Aristófanes (444-385 a. C.) y el primer teórico de la literatura, el célebre alumno de Platón: Aristóteles “El Estagirita” (384-322 a. C.). Su Poética es el primer intento en la historia de organizar, clasificar y comprender metódicamente la creación literaria. La importancia de este texto es tal, que aún hoy muchos de sus términos son de uso corriente en la crítica y teoría literarias.
La literatura griega fue luego heredada por los romanos, quienes perpetuaron su tradición estética en más de un sentido. Destaca la épica fundacional del poeta Virgilio, Eneida, en la que vinculaba la fundación del Imperio Romano en los sobrevivientes troyanos de la guerra.
Sin embargo, la tradición grecolatina fue rechazada durante el Medioevo europeo, en que el cristianismo impuso su imaginario religioso y sus valores, así como sus propias formas literarias. Así, la literatura cristiana medieval se centró en la experiencia divina, la hagiografía (vida de los santos) y la poesía mística, así como la lectura de la Biblia y de otros textos sacros. Un buen ejemplo de ello lo constituyen las Confesiones de San Agustín, en las que relata su descubrimiento de dios y su conversión a la Iglesia, además de reflexionar sobre diversos conceptos religiosos y filosóficos.
Recién en el siglo XV, a finales del Medioevo y comienzos del Renacimiento europeo, nació algo semejante a lo que hoy en día comprendemos como literatura. El arte poético hizo eco de las transformaciones propias de la llegada del Humanismo y proliferó en muy distintas vertientes. En este período destaca la literatura del Barroco (especialmente en España), cuyo máximo representante es Miguel de Cervantes (1547-1616) con su Don Quijote de la Mancha, obra que dio nacimiento al género de la novela moderna. También fue importante la literatura isabelina con la dramaturgia de William Shakespeare (1564-1616), central en la tradición de Occidente hasta hoy.
Desde entonces, la literatura prosiguió una marcha de constante innovación y renovación, de la mano de las corrientes filosóficas que imperaron en adelante. Así, hubo una literatura de la Ilustración (en la que predominó el Realismo), una literatura del Romanticismo, y finalmente un posromanticismo que, a mediados del siglo XIX y comienzos del XX, inauguró la literatura moderna (que bien podría llamarse contemporánea).
Con los cambios que trajo el capitalismo del siglo XX y la revolución científico-tecnológica, nacieron las vanguardias artísticas, entre las que está la literatura como protagonista, en una búsqueda constante de nuevas y más libres formas de expresión.
La novela fue el género más visible de la época contemporánea. Así, dio pie al surgimiento de formas mixtas o transgenéricas, características de los inicios de la globalización de finales del siglo XX y comienzos del XXI.
Importancia de la literatura
La literatura es una de las grandes formas de expresión artística de todos los tiempos, cuyo material de trabajo es uno de los más característicos de la humanidad que hay: el lenguaje.
A lo largo de su vasta y compleja historia, la literatura no sólo ha experimentado en sus formas expresivas, sino también se ha hecho eco de los cambios profundos en la cultura y la forma de pensar del ser humano, convirtiéndose en un poderoso espejo de la época.
Tipos de literatura
La literatura no posee una clasificación universal o estándar, dado que se la suele clasificar más bien conforme a su época de producción, o a lastécnicasorecursosempleados, conformando así distintas “escuelas” literarias que, a grandes rasgos, podemos resumir en:
Literaturas antiguas. Aquellas que pertenecen a la Edad Antigua, lógicamente, y que en su mayoría se componen de textos religiosos, épicos o de naturaleza similar.
Literaturas clásicas. Aquellas que pertenecen a la era clásica grecorromana, o sea, a la Grecia Antigua y a la civilización romana.
Literatura moderna. Aquella que es propia de la Edad Contemporánea, o sea, de los siglos XIX y XX.
Literatura vanguardista. Aquella que responde al mandato de las vanguardias artísticas, que buscaba nuevas y revolucionarias formas de comprender el hecho artístico.
Literatura mística. Aquella que responde a una cultura religiosa, y que aborda temas religiosos o relata episodios místicos. La literatura cristiana forma parte de ella.
Literatura romántica. Aquella propia del romanticismo, cuyos valores tendían a la exaltación de la subjetividad del artista, del mundo de las emociones y de la irracionalidad. El término también se usa popularmente para la literatura popular del romance o las relaciones afectivas.
Literatura de ciencia ficción. Aquella en la que se plantean dilemas propios de la sociedad industrial, a partir de la exageración o extrapolación de las posibilidades técnicas o científicas contemporáneas.
Literatura erótica. Aquella que relata episodios sugerentes o excitantes desde un punto de vista erótico o sexual.
Literatura realista. Aquella en la que se representan ficciones que responden a los mismos principios del mundo real.
Literatura fantástica. Aquella que se aleja del mundo real y crea las normas de su propio universo, dando cabida a eventos mágicos, irreales, etc.
Literatura oral. Aquella que es previa a la escritura, o propia de tradiciones populares ajenas a la escritura, y que se transmite oralmente de generación en generación.
Géneros literarios
Los géneros literarios son un horizonte de expectativas de lectura, es decir, una clasificación previa de los tipos de obras literarias que se componen y se consumen, que nos dice antes de siquiera abrir un libro qué tipo de contenido hallaremos.
Además, los géneros le ofrecen a los escritores un conjunto de reglas por las cuales guiarse a la hora de componer sus obras. Sin embargo, los escritores pueden llegar a romper esas reglas, y esa dinámica es la que introduce el cambio en el concepto de literatura.
Los géneros literarios modernos son cuatro:
Poesía. Originalmente escrita en versos rimados (aunque ahora predomine el verso libre), la poesía es hoy el género más libre de todos, cuyo único rasgo común parece ser el de la descripción subjetiva de una realidad cualquiera, empleando para ello metáforas, imágenes y juegos de palabras cuyo sentido no necesariamente ha de ser claro o comprensible.
Narrativa. El arte de relatar, de contar una historia, sobrevive hoy desde los tiempos más remotos de nuestra historia como especie. Este género se caracteriza por la presencia de un narrador, sea o no un personaje también, y comprende tres subgéneros:
Cuento. Una composición narrativa breve o mediana, que puede leerse de una sola vez y que avanza hacia su propio final, en un universo cerrado de acontecimientos.
Novela. El género narrativo más híbrido y complejo, que compone piezas de mediano a largo aliento en las que se aborda un relato desde muy distintas perspectivas, pudiendo incorporar información suplementaria, ripios, desvíos, demoras, y ofreciendo una experiencia de lectura más larga y morosa que el cuento.
Crónica. A caballo entre literatura y periodismo, este género cuenta eventos reales mediante técnicas narrativas propias de la ficción literaria, y en él suelen incluirse, aunque no sean técnicamente lo mismo, subgéneros como el diario o la correspondencia. Por eso a veces se prefiere hablar de “No-ficción”.
Dramaturgia. El arte de la composición de piezas teatrales, es decir, textos destinados (o no) a una representación escénica, o sea, en un escenario, con personajes realizando acciones en un presente continuo, desprovisto de narrador.
Ensayo. El arte de la digresión o la reflexión poética, es un género moderno en el que un autor diserta sobre un tema de su interés, ofreciendo información y conclusiones de tipo subjetivo, sin ningún otro fin que el de abordar el tema y expresar un punto de vista.
¿Qué es un cuento?
Un cuento es un tipo de narración generalmente breve, basada en hechos reales o ficticios, en la cual un grupo de personajes desarrollan una trama relativamente sencilla. En el ámbito literario es uno de los subgéneros de la narrativa, ampliamente cultivado por escritores de muy distintas tradiciones. También existen cuentos populares, transmitidos oralmente o que pertenecen al acervo de la cultura informal.
er humanoha sido afecto a contar historias desde sus orígenes, no siempre lo hizo bajo losparadigmasdel cuento. Antiguamente se contabanleyendasy relatos orales, con algún fin pedagógico, que los hacía cercanos a lafábula.
En otros casos se contaban relatos mitológicos que explicaban el origen del mundo o algún episodio de alguna deidad o algún héroe específicos. Hoy en día, en cambio, se los cultiva como una forma artística en sí misma.
El cuento es un género moderno. Su nombre proviene del latín computus, “cálculo”, ya que se trata, en el fondo, de enumerar los acontecimientos que componen la trama.
Por otro lado, sus tramas suelen contraponerse a las de las novelas por su extensión, ya que estas últimas suelen ser más voluminosas. Sin embargo, ese criterio es discutible, ya que la frontera entre un cuento largo y una novela breve puede ser muy estrecha.
A lo largo de la historia, muchos autores han hecho del cuento su género predilecto, y lo han cultivado obteniendo así verdaderas obras de arte. Entre ellos destacan: Edgar Allan Poe (1809-1849), Guy de Maupassant (1850-1893), Jorge Luis Borges (1899-1986), Ernest Hemingway (1899-1961) y Ryonosuke Akutagawa (1892-1927) y muchos otros.
En líneas generales, un cuento se caracteriza por lo siguiente:
Se trata de una narración breve, cerrada en sí misma, que relata una serie relativamente sencilla de hechos desde su inicio hasta su fin. Esto quiere decir que contiene todos los elementos necesarios para comprender el relato de cabo a rabo.
Procura narrar de manera más o menos directa, sin tantas dilaciones, extravíos o divagaciones, siendo éstas más propias de la novela. Un cuento debería poder leerse de principio a fin, en una sola sentada.
Posee una única línea argumental, en la que convergen uno o más personajes, a través de un conjunto variable de acciones o vericuetos. El número de personajes en un cuento es variable.
Posee una unidad de efecto, rasgo que comparte con la poesía. Esto quiere decir que a través de su lectura se busca generar un efecto estético, reflexivo o emocional, para lo cual el cuento cuenta con todas las herramientas necesarias.
Se encuentra escrito en prosa, y posee siempre un narrador (o en ocasiones puntuales, más de uno) a través de cuya voz se narran los sucesos de la trama. Dicho narrador puede formar o no parte de los personajes del relato, y puede hablar en primera (yo) o tercera (él/ella/ellos) personas.
Tipos de cuentos
Existen muchas formas de clasificación del cuento, atendiendo a criterios diversos. Por ejemplo, si tomamos en cuenta su extensión, podemos diferenciar entre un cuento breve (10 páginas o menos) y un cuento largo (más de 10 páginas), a pesar de que dichas extensiones son, al final, subjetivas. También existe el microrrelato o minicuento, cuya extensión no suele ir más allá de una página, a veces ni un párrafo.
Otra forma de clasificar los cuentos atiende a su contenido, y al “tema” en el que puede circunscribirse la trama. Así, podemos hablar de:
Cuentos de hadas. Generalmente destinados a un público infantil, se desarrollan en un mundo fantástico fácilmente diferenciable entre el bien y el mal, y suelen contener algún tipo de moraleja o efecto final, que los aproxima a la fábula.
Cuentos fantásticos. En los que se representa un mundo ficcional muy alejado del mundo real, con leyes propias que permiten la existencia de criaturas mágicas, poderes sobrenaturales, etc.
Cuentos realistas. Que se desarrollan en un mundo semejante al real, manejándose con las mismas reglas de verosimilitud o de credibilidad.
Cuentos de terror. Cuyas tramas giran en torno a lo sobrenatural o a situaciones diseñadas para despertar el miedo o la angustia en el lector.
Cuentos de ciencia ficción. Que se ambientan en futuros cercanos o distantes, utópicos o distópicos, o bien en mundos paralelos, en los que la ciencia y la tecnología son distintos a los reales y permiten la exploración de situaciones inéditas.
Cuentos policiales. También llamados detectivescos, suelen tener como eje narrativo un crimen cometido (generalmente un asesinato) y un detective o investigador encargado de resolverlo.
Cuentos satíricos o cómicos. Aquellos diseñados para mover a la risa a sus lectores, a través de situaciones disparatadas, graciosas o ridículas.
Cuentos eróticos. Finalmente, aquellos que abordan temáticas románticas o íntimas, especialmente vinculadas con la sexualidad.
Partes del cuento
Un cuento posee, a partir de la lógica aristotélica, tres partes distinguibles, que son:
Inicio. En el que se despliega el mundo ficcional y se presentan los personajes, inmersos ya en la trama narrativa. Idealmente, es la etapa en la que deberíamos conocer qué cosas quieren los personajes protagonistas.
Complicación. Etapa intermedia en la que la trama se hace más densa, compleja o intrincada. Aquí es donde suelen surgir los elementos que imposibilitan a los personajes la satisfacción de sus deseos.
Desenlace. El cierre del cuento, en el que la anécdota llega a su fin. Aquí solemos enterarnos de si los personajes obtuvieron o no lo que deseaban, y por qué.
Elementos del cuento
En la mayoría de los cuentos hallaremos los siguientes elementos:
Un narrador. Que es quien relata la historia, sea o no parte de ella, y que refiere los hechos a partir de una posición objetiva o subjetiva, dependiendo de si se trata de un narrador testigo, narrador protagonista o narrador omnisciente (que todo lo ve y todo lo sabe).
Unos personajes. Que son las entidades ficticias a las que les ocurre la trama. Pueden ser muchos y de muy distinto tipo, pero siempre hay alguno central al relato (protagonista) que incluso puede ser quien lo cuente (narrador-protagonista). También puede haber personajes que se opongan al protagonista y que intenten impedirle lo que quiere (antagonistas) o simplemente que lo acompañan durante su recorrido (personajes secundarios).
Un tiempo. Que son dos realmente: el tiempo real que toma leer el relato y el tiempo ficcional, el que transcurre dentro del relato y que puede abarcar minutos, meses, años o siglos.
Unos lugares. Que no son más que las ubicaciones o locaciones en las que tienen lugar los hechos narrados, y que pueden estar más o menos descritos en el cuento.
Una trama. Que es la sumatoria de los vericuetos y los acontecimientos que les ocurren a los personajes, organizados de manera tal que se sucedan lógicamente en el tiempo, ya sea de un modo lineal, o no.
Diferencia entre cuento y leyenda
Generalmente se distingue un cuento de una leyenda por su origen: los cuentos son piezas artísticas que poseen un autor determinado, mientras que las leyendas provienen del folklore o de la tradición popular y, por ende, no tienen un autor único, sino que son propiedad de un pueblo o una nación entera. Así, suele hablarse de las leyendas latinoamericanas, alemanas o chinas, pero de los cuentos de Cortázar, de Borges o de Kafka.
Además, los cuentos poseen una aspiración estética, o sea, pertenecen a la literatura y como tal son piezas artísticas. En cambio, las leyendas reflejan el sentir y la cultura de una localidad.
Por otro lado, las leyendas no poseen una forma única de narrarse, o sea, un texto definitivo, como sí ocurre con los cuentos (por eso podemos comprar los cuentos de Borges en distintas ediciones y serán siempre iguales). Una misma leyenda puede tener distintas formas de elaboración, dependiendo de quiénes la cuenten.